miércoles, 20 de marzo de 2013

El Cine Argentino en la actualidad



Aunque en la actualidad el cine nacional no se encuentre entre los géneros favoritos de los espectadores y que su calidad no se compare con las superproducciones de Hollywood, en el pasado el cine argentino era muy valorado y sus guiones y actuaciones establecieron un estilo de cine Latinoamericano.
Los buenos tiempos, cuando las películas argentinas se veían en toda Iberoamérica, duraron hasta comienzos de los años '50. Luego, el paulatino cierre de los grandes estudios, el crecimiento de la televisión, el anquilosamiento del cine popular, y el aislamiento de un cine de autor, impusieron otras reglas de juego.
Sobre esas reglas, el actual cine argentino se ha restringido en cantidad y en mercado, pero mantiene una especial calidad, internacionalmente reconocida.
En la actualidad el cine argentino se basa en films protagonizados por actores muy populares, con la habitual participación de alguna pseudo-vedette de turno que pone en duda lo de “película para toda la familia”. Las historias casi siempre son cómicas y sin demasiado vuelo.  El cine argentino que se estrena año tras año, sigue un patrón similar: un puñado de éxitos de taquilla (generalmente las películas que cuentan con el apoyo de alguno de los dos canales de televisión mas importantes); un par de éxitos sorpresa (generados por el boca en boca) y una decena de películas que apenas superan los 10.000 espectadores.

Sin embargo, en los últimos años se ha desarrollado un tipo de cine nacional con películas que logran equilibrar una buena historia con una convocatoria nada despreciable, gracias a directores que tienen seguidores y realizan films con un guión entendible y actores de prestigio. Se trata de un cine de autor capaz de detectar el gusto del público. Es el caso de realizadores como Juan José Campanella, Daniel Burman, Pablo Trapero, Carlos Sorín, Alejandro Agresti, Damián Szifrón y Sebastián Borensztein.
Otro tipo de películas que funcionan actualmente son aquellas con actores o personajes famosos. En este momento hay un actor, y sólo uno, que es sinónimo de éxito y calidad: Ricardo Darín
El cine independiente del país, está conformado por films poco convencionales, de presupuesto mediano a bajo, con actores poco conocidos y directores debutantes o de corta trayectoria que habitualmente también producen y escriben el film. En gran parte, se trata de películas que triunfan en festivales, pero no conquistan al gran público, por lo inaccesible de sus historias y la falta de apego a cualquier rasgo de un relato tradicional.

Hay una gran cantidad de argentinos que al hablar del cine nacional, sentencian “no veo cine argentino”. Parece que, como el terror, o los musicales, las películas argentinas conforman un género en sí mismo. Y, casualmente, uno de los problemas del cine argentino es la falta de films “de género”.
El espectador está acostumbrado a Hollywood, cuyo cine se define por su sistema de géneros. Un policial, un thriller, una comedia romántica, un drama histórico; todos géneros que el espectador reconoce, gracias a un código que entiende y acepta.
Gran parte de las películas argentinas que fracasan presentan una seria dificultad para ser encasilladas en un género.
Tal vez el mayor problema del cine argentino en la actualidad es no sólo su escasez de géneros cinematográficos, sino la carencia de difusión y distribución de las películas o quizás la falta de impulso y promoción del séptimo arte en el país por parte del Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
La única forma de revertir esta situación que el cine argentino está sufriendo en la actualidad, es realizar buenas películas y así poder desterrar el prejuicio de que el cine nacional es malo. 







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